La colección Levriero evoca toda la pasión que se enciende cuando dos seres humanos, cruzándose y rozándose, se reconocen. La fragancia femenina conquista por las notas opulentas y envolventes de bergamota, vainilla y benjuí. La fragancia masculina es, en cambio, la quintaesencia de la masculinidad, acentuada por la aromaticidad de la salvia esclarea y por la faceta especiada de la nuez moscada.
El diseño
La elegancia de las botellas de vidrio se enfatiza con la elección de los colores esenciales, el blanco y el negro, en los que el primero evoca toda la gracia de lo femenino, mientras que el segundo recuerda la virilidad típica de lo masculino. Estos icónicos frascos, adornados con una lámina de metal dorado y con un tapón que imita la cabeza del galgo, símbolo de la marca, se convierten en auténticas piezas de colección.
